Septiembre

A ti, que llegado Septiembre te toca hacer la maleta para pisar por primera vez un aula universitaria, poco tengo yo que contarte sobre lo que quieres empezar. Esto de la Fisioterapia.
Aún no he empezado el último año de Grado y no me he enfrentado a la experiencia de empezar a mandar los primeros currículums.

Antes de nada, y tomándolo prestado de Victor Hugo, "perdone usted que le escriba esta carta tan larga, pero no he tenido tiempo de escribir una más corta".

No te puedo a hablar de lo que te vas a encontrar fuera. Eso lo dejaremos a los que realmente saben (te recomiendo la entrada en Medium Y ahora ¿Qué? de Carlos Castaño).
A mí me gustaría hablarte de lo que vas a encontrar dentro.


"En esta vida hay que hablar flojito y poco porque los que hablan mucho y fuerte se suelen tragan sus palabras."

*     *     *

Eso decía un profesor. Como puedes comprobar, yo no le he hecho mucho caso, pero me gusta esa forma de pensar.
Gracias a los periodos de prácticas me he dado cuenta de que debo aprender de lo que escucho decir, pero sobre todo de lo que veo hacer. Pronto tú también verás que no es lo mismo.
Por ello no es la primera vez que escribo alguna reflexión sobre la Universidad. Puedes leer algo más en este post de efisiopediatric desde el enfoque de mi pasión, la fisioterapia pediátrica.
Quizás lo hago por si un día olvido que yo también estuve aquí. Por si voy perdiendo por el camino esa ilusión que ahora me mueve.
Si llega ese día, espero encontrarme de nuevo con estas líneas y que alguien me diga: eh tú, que eres fisioterapeuta.

Pero no seamos negativos, no es la intención de esta entrada.


Empecemos por el principio. 1.- LO QUE LA FISIOTERAPIA ES Y "LO QUE NO ES" (te recomiendo leer este post de Luis Torija)

Seguro que tú también empezarás la primera semana leyendo en clase la definición de la Organización Mundial de la Salud y la World Confederation for Physical Therapy (definiciones de 1958 y 1967, respectivamente). Y serán dos conceptos sobre los que ir sumando conocimientos y experiencias, incorporándolos a nuestra propia visión de Fisioterapia.

Y ante tal falta de definición, que cunda la libre interpretación de cada uno. Influida, claro está, tanto por el profesor que tiene claro hasta dónde debe llegar la actuación de un fisioterapeuta, como por el tutor de prácticas holístico que te habla de las maravillas del reiki.

Por eso creo en la importancia de que sea la Universidad quien establezca los mínimos claros sobre lo que es y no es Fisioterapia. Un campo de conocimiento delimitado que debe enseñarse en la Universidad para no confundir a los futuros profesionales, como tú y como yo, pero también para no ceder esa capacidad a la formación de postgrado (para muestra un botón).
Las terapias alternativas ni son terapias ni son alternativas. Y por supuesto no caben dentro de la Fisioterapia. Nutrición, por ponerte otro ejemplo, tampoco entra dentro de nuestro marco de acción.
Y en mi opinión, el mejor método para combatir el intrusismo y el extrusismo es el que nace desde lo que debe ser el pilar de nuestra profesión, la formación universitaria.

Leí en el blog de Vicente Lloret una frase que desde entonces he hecho mía, porque resume mucho de lo que llevo pensando estos tres años. Que la realidad más incómoda es que a muchos fisioterapeutas no les gusta la Fisioterapia.
¿Si en muchas ocasiones ni la Universidad lo hace, quién nos está enseñando lo que es la Fisioterapia?


2. BIOQUIMI... ¿QUÉ?

Que no te desanime Primero de Fisioterapia. Todos hemos llegado con nuestra idea formada en el largo verano preuniversitario gracias a Internet, las redes sociales y un poquito de nuestra imaginación... y nos hemos dado de golpe contra el ciclo de Krebs y la glucogenolisis.
Sí, es un curso muy teórico y después de todo el año aún no vas a saber el por qué de ese dolor que tiene tu madre en la rodilla. Paciencia.

Por cierto, y a propósito de las redes sociales. Seguro que como yo, estarás fascinado con la cantidad de información que encuentras, sobre todo si te acercas a Twitter. Con el tiempo aprenderás a filtrar la información. Por ello he querido que esta entrada sirva también a la promoción de la blogosfera fisioterápica, con algunas webs que inspiraron esta entrada y que encontrarás citadas a lo largo del post y abajo en las referencias.

Volvamos al tema. Lo que te decía: la casa por los cimientos. La anatomía, fisiología, y biomecánica y bioquímica deberían formar siempre la base sobre la que ir sumando conocimientos. Y esto se relaciona con algo que tengo siempre muy presente: no nos pagan por lo que hacemos, nos pagan por lo que sabemos.
Un masaje* lo hace cualquiera. Saber por qué, cuándo, cómo y dónde hay que hacerlo, no

* Para llegar al famoso topicazo, tendrás que esperar al punto 4


3. LA PASIÓN.

En clase encontrarás gente muy emocionada, que lleve mucho tiempo queriendo estudiar Fisioterapia. Como lo estaba yo en 2012. Como lo sigo estando. 
La vocación me parece un punto importante, aunque sólo sea como estímulo que nos ayude a levantarnos cada día de la cama. Pero citando a Toni Segarra en unas acertadas declaraciones con las que inauguré este blog:
Tampoco creo que haya que encontrar la vocación sublime, el don que te han dado... yo estoy seguro de que si Ferran Adrià se hubiera dedicado a hacer zapatos, hubiera sido el revolucionario de la zapatería en el mundo.
No creo que haga falta que sea tu vocación sublimeni que sea necesario que te acuestes y te levantes pensando en Fisioterapia para ser buen fisioterapeuta.

Y aunque a mí también me gusta verlo como una profesión especial, la Fisioterapia lo es tanto como cualquier otra. No más... pero, por descontado, tampoco menos. Ayúdanos a defenderla. Con lo que digas. Y con lo que hagas.
Partiendo de ahí, hay algo que seguro que es común en todos los cursos de una Facultad, la ilusión de comenzar una nueva etapa. Pero pese a las ganas por empezar, vamos a reconocerlo: ninguno tenemos ni idea de lo que es la Fisioterapia *

* Aquí podrías volver al punto 1. Y perdona que insista en la necesidad de que nos expliquen qué es la Fisioterapia.


Y 4 -por hacer la lista finita- masaje. Masaje, masaje, masaje, masaje, masaje. Masaje. MASAJE.

No soy el primero que te digo lo de los masajes... ¿ya tienes lista de espera en la familia y amigos? ¿Ya lo has utilizado para ligar, eh? Tanto si ya te enfada muchísimo que te mencionen el dichoso masaje para todo como si no, que no lo haga. A mí cada vez me ofende menos.

El masaje es una herramienta más de trabajo. Se utiliza cuando es necesario y cuando su uso tiene una explicación razonada. Cuando no la tiene no se usa.
Es así de simple, pero aún tenemos y seguiremos teniendo que explicarlo a la gente. Te darás cuenta de que hay mucha falta de divulgación en Fisioterapia (seguramente tu abuelo tampoco sepa lo que estás estudiando).
Difundir en qué trabajamos debe ser una parte obligada de nuestro trabajo, pues la gente no por qué tener la obligación de saberlo.

El fisioterapeuta pediátrico no (sólo) hace masajes a los bebés, el fisioterapeuta geriátrico no (sólo) da masajes a las personas mayores, el fisioterapeuta respiratorio no (sólo) hace masajes para patologías respiratorias.
Y con esto hemos llegamos a las especialidades. Pero es demasiada información, y tampoco yo la sé. Así que mejor eso lo dejamos para otro día.

A por ello, y bienvenido a este barco. No pierdas la ilusión, que vas a ser fisioterapeuta.



 Referencias.


2 comentarios:

  1. Hola Álvaro.

    Te dije que comentaría en tu entrada y aquí estoy, un mes más tarde BECAUSE REASONS. Supongo que más vale tarde.

    El problema con estas cosas de escribir en internet es que al final uno no sabe si escribe para que lo lea una persona concreta, muchas personas, la pandilla de trolls de turno, o simplemente quiere escucharse a si mismo. Y claro, así cuesta concretar.

    La cuestión es que creo que con tu entrada das en el clavo describiendo algunas situaciones de lo que es hoy en día la fisioterapia en España y fuera de ella. Entiendo que te preocupe lo de los masajes. Tranquilo, dentro de quince años, seguirá igual, pero te importará un rábano.

    Creo que das buenas indicaciones a los que ahora empiezan. Leer cosas de estas antes de empezar ayuda. Un poco. Porque luego nunca sabes que narices estás haciendo con tu vida.

    Pero lo que me lleva a escribir hoy aquí son dos cosas que me parecen básicas y que rara vez se dicen en voz alta. Al menos no cuando hay gente mirando.

    Cuando Vicente Lloret decía que a muchos fisios no les gusta la fisioterapia, tenía razón. Yo le he contestado a él más de una vez que antes (quince años, por decir algo), tú estudiabas fisio y acababas haciendo otras cosas (como osteopatía) por una serie de motivos que no vienen a cuento. Ahora, en cambio, la gente que quiere hacer otras cosas, se matricula en fisioterapia. Y lo reconoce abiertamente, en primero y segundo, sin ningún pudor. Porque es un requisito legal para ejercer (y social, porque sin carrera no eres nadie en algunas familias bienpudientes de este país que huele a moqueta). Y punto. No nos engañemos. Aquí hay gente que lo más cerca que quiere estar de las ciencias de la salud es en la sección de jabones y velas de la feria alternativa de turno. Al lado del incienso (ese que es tropocientasmil veces más cancerígeno que el tabaco). Y se apuntan a fisio.

    Y en ese momento, en plena carrera, cuando en un país normal se llevarían un chasco como un autobús, al ver que sus profesores no les dan bola, que sus "creencias" están fuera de los temarios, y que da igual lo que les guste o les deje de gustar, porque los datos son los datos... SORPRESA! Resulta que la universidad está LLENA de magos. De esos que hace diez años vendían vendas de colores en el maletero de su coche y ahora notan tu tibia tocándote el occipital. De señores que curan el cáncer y embarazan a famosas (no de la manera que estás pensando, cochino). De señoras que imponiendo sus manos curan lo que se les antoje. De tipos que con sus agujas curan lo incurable (aunque para ello haya que apuñalarte el ciático repetidamente).

    En el momento preciso en que la universidad debería manifestarse como el hogar de la ciencia, del conocimiento sobre la creencia, del destierro de la superstición, resulta que es justo lo contrario: La cueva de los 40 ladrones con varita mágica.

    Y ojo. Que la mayoría de esta gente es buena gente. De los que dicen buenos días cuando te los cruzas al salir del ascensor y que ceden su asiento en el autobús. De tipos a los que invitarías a cenar contigo en nochevieja y al estreno del Episodio VII. Que se ganan su sueldo honradamente. Haciendo y enseñando lo que ellos "creen" que es honrado y justo (y la mejor manera de tratar a un paciente). Y ese es el problema. Que creen. Pero a uno no le dan un atril en una universidad para hablar de lo que cree, o lo que le gustaría, sino de lo que "es". Y no pienses que no es importante hablar después de valores. Que lo es, y mucho. El problema es que en las etapas del aprendizaje en las que deberíamos enseñar a separar las creencias y los sesgos de los hechos, lo que hacemos es difuminar aun más esa frontera.

    De los farsantes y de los que se saben unos estafadores, hablamos otro día.

    [Sigue en el siguiente comentario]

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así que visto que la Universidad no es (ni lo va a ser) un bastión del conocimiento científico (no al menos en fisioterapia), mi consejo a cualquier alumna/o de primero es el siguiente: Hace un mes, cuando aun no habías empezado la carrera, e ibas por la calle, había una probabilidad X de cruzarte con un idiota. Ahora, que ya estás en la universidad, esa probabilidad es como mínimo la misma, si no mayor. Nunca creas algo que te cuente un profesor por el simple hecho de que te cae bien, y plantéate por qué te cuenta las cosas que te cuenta, o mejor aun, por qué no te cuenta las cosas que no te cuenta. No te conformes nunca. Y recuerda que toda esa pátina casposa que cubre nuestra sociedad te la vas a encontrar dentro (el heteropatriarcado no acaba en la puerta de la uni, amigas).

      Uno creería que con los años iba a acabar siendo más optimista, y más si piensa que mucha gente de bien está entrando en algunas Universidades y cambiando cosas. Pero eso no va a ocurrir. Los revolucionarios del sofá y de twitter están demasiado ocupados rascando la barriga de otros para cambiar nada. Hay mucho que publicar con mucha gente importante, muchas plazas de ayudante de Doctor que acaparar, y oiga, no sea que por abrir la bocaza me vaya a enemistar con el próximo decano de nosedonde.

      Aprovechad el tiempo. Aprended como cosacos. Haced los mejores amigos de vuestra vida. Y luego salid pitando a hacer de la fisioterapia una profesión de la que sentiros orgullosos. Dejadle el vudú a los otros.

      Un saludo, Álvaro, y disculpa el muro de texto.

      PD: Este comentario es mucho mejor si lo lees escuchando esto https://open.spotify.com/track/4BED3bvtKkKnAJRsg2f3hJ

      Eliminar