¿Frío o calor?

Una de los muchos aspectos positivos que me aporta preparar la sección de Deportes al día en OID Radio Talavera es que supone realizar un ejercicio de memoria para preguntarme qué dudas tenía yo (y todavía tengo) como paciente.
Sirve además como estímulo para el estreno de un nuevo apartado del blog, El paciente de Álvaro, que pretende recopilar entradas divulgativas, dirigidas a resolver dudas como la que planteo en este post.

Sin duda uno de los dilemas que hemos tenido alguna vez es el...

¿qué me pongo, frío o calor?

La duda nos surge para casi todo y a casi todos: ante una lesión, cuando volvemos de hacer ejercicio o del gimnasio. Al enfrentarnos a una molestia o un un golpe.
A ella se suma otra pregunta más difícil todavía: ¿cuánto tiempo hay que mantener ese frío o ese calor?


El frío.

Podemos hablar de crioterapia breve (aplicada por un tiempo inferior a 10 minutos) o crioterapia prolongada (tiempos superiores a 15 minutos). Pero como veremos, estos dos tipos de utilización terapéutica del frío no van a tener los mismos efectos.

Aplicado menos de diez minutos, el frío provocará una vasoconstricción superficial que limita en parte el aumento de la inflamación. Cabe destacar también su efecto analgésico (aumento del umbral del dolor) y la disminución del metabolismo.

La crioterapia prolongada (más de 15 minutos) o de temperatura inferior a 10º provocará una vasodilatación refleja profunda aumentando el mayor medida el aporte sanguíneo y de forma más profunda a como veremos posteriormente que lo hace el calor.
Podemos encontrar en ella, por tanto, una aplicación muy adecuada en lesiones crónicas, teniendo en cuenta que 30 minutos aumentarán la temperatura a 4 cm de profundidad 3.5ºC.


El calor.

Provoca una vasodilatación superficial aumentando la afluencia de sangre a la zona. Gracias a esta acción hiperemiante mejorará la capacidad metabólica celular y con ello la capacidad de cicatrización, mejorando la eliminación de residuos y sustancias algógenas (que provocan dolor). 

Además disminuye el tono muscular, lo cual va a tomar su importancia en la relajación y el aumento de elasticidad de las zonas afectadas por una lesión crónica.
Es antiinflamatorioanalgésico (aumenta el umbral del dolor sin afectar a la acción motora del nervio) y en relación a esta última y a la acción trófica tiene acción terapéutica descontracturante.

Un estímulo de corta duración: aumento de tono muscular y sensibilidad nerviosa.
Larga duración: sedante, analgésico y relajante

La termoterapia a distintos niveles modificará sus aplicaciones:

- Máxima temperatura a 0.5cm de profundidad
- A 1-2 cm se necesita de 15-30 minutos
- A 3 cm aumenta 1ºC como mucho con intensidades intolerables
- Con calor superficial no se altera circulación en músculo. Para ello es mejor la realización de ejercicio (y mejor aún la combinación de ambos)

A modo de curiosidad, los límites de tolerancia del calor son de 100 ºC para el aire, 45-46 ºC para el agua, 57 ºC la parafina y 47 ºC los peloides.

*     *     *

Una vez analizado los efectos de uno y otro, a modo de conclusión la recomendación general es la siguiente 1:

Procesos agudos (cursen o no con inflamación): aplicación de frío varias veces al día. Un tiempo máximo de diez minutos durante las primeras 72 horas.
Procesos crónicos (duración > 6 meses): calor seco o húmedo a fin de relajar y distender la zona.

En la explicación de este tema, volvemos a encontrarnos ante la necesidad de cerciorarnos que el paciente comprende la diferencia entre un proceso agudo y crónico 2

Podéis escuchar (a partir del minuto 20.30)  la sección del programa Deportes al día, donde analizamos el tema resolviendo de un modo divulgativo y enfocado al paciente algunas de las dudas que se nos plantean.


Álvaro Hidalgo.

#InfografíaFisio




 Referencias.

Apuntes de termoterapia y crioterapia. 2º Grado en Fisioterapia. Profesor Sánchez Sierra.
1 Frío o calor, el eterno dilema.
2 Hasta que el lenguaje nos separe, Rękaruch



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